lunes, 25 de noviembre de 2013

El venado y el león

Un venado apareció en la montaña rusa, el venado era grande, de un año, tenía unos enormes cuernos aparrados, era de color plomo, muy rápido y valiente. Él estaba caminando en el bosque y llegó a una ciudad llamada Sol Andino. Había muchos  juegos y el que más le gustó fue la montaña rusa.

Pero él no se dio cuenta que ya era tarde para que vuelva a su casa, intentó regresar. Por el camino se encontró con un feroz animal, y tuvo miedo porque era un gran león. El pobre venado corrió y corrió gritando: ¡auxilio, ayuda!, ¡un animal me persigue y no sé qué hacer!
El león lo cazó. Mientras lo llevaba a su cueva como su prisionero, otro león bueno que era amigo del venado se preguntó: ¿qué estará pasando?, y se quedó quietecito detrás de una roca, sin hacer ruido y vio llegar al león hambriento.

En la cueva, el feroz león preguntó al venado: ¿cómo te llamas?, pero el venado asustado no respondió. El león bueno que era amigo del venado se llamaba París y quiso rescatar al venado llamando a más amigos de la selva.

Sus amigos que eran una coneja llamada Sandra, el puma entre otros animales, llegaron diciéndole: ¿Qué pasa? Y Paris respondió: debemos rescatar a mi amigo. Pero sus amigos no le hicieron caso y Paris se retiró preocupado. A pocos metros, se sentó en una piedra y pensó: Yo mismo lo haré, pero si me pega, no podré hacer nada.
Paris no podía decidirse y entonces apareció una luz mágica en su pecho que le dijo: debes hacerlo, yo te protegeré. Esa luz era su padre. Con eso, Paris se fue a rescatar a su amigo. Cuando llegó exclamó: ¡Sal de ahí león feroz!, minutos después salió el león y le dijo que no moleste, pero París dijo:

-          He venido a rescatar a mi amigo. No me podrás detener 
Los leones se enfrentaron durante largo rato, y al final la batalla la ganó Paris. Cuando el león malvado huyó, busco a su amigo el venado para darle un gran abrazo, después lo acompañó hasta encontrar el camino de regreso a su hogar. Cuando iban a despedirse el venado le dijo: Hogar dulce hogar. No habría podido hacerlo sin ti.

Finalmente, los amigos todos los días se encontraban en el bosque para jugar. Un día el venado llegó a donde siempre se veían y encontró al león descansando. Lo asustó diciendo: ¡Levántate dormilón! Y junto a ellos, todos los animales del bosque fueron felices por siempre.



Autor: Brayan Malca Salasar

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