Un águila y una zorra eran amigas
desde muy pequeñas, un día decidieron vivir juntas con la idea que su
amistad se familiarizara. El águila
buscó un árbol elevado para poner sus huevos mientras la zorra soltaba sus
hijos en una cueva que había construido bajo del árbol. En ese lugar había un
gran campo y en él jugaban las jóvenes animales que a lo mucho tenían unos 12 años.
Al águila le gustaba vivir en los
árboles y desde allí ella observaba a la
zorra cómo jugaba con sus hijos.
Un día la zorra y sus hijos
salieron para aprender a buscar
alimento. El águila estaba esperando que nacieran sus aguiluchos y poder juagar con ellos, así
como la zorra disfrutaba jugar con sus cachorros. El día que nacieron los
aguiluchos el águila muy feliz de tener a sus hijos se fue a jugar con la
zorra.
De tanto jugar, la zorra le dio
un manotazo muy fuerte al águila, ella se enfureció mucho y empezaron a pelear.
De tanta pelea, el águila venció
a la zorra, salieron los pequeños zorritos a defender a su madre y espantaron a
la furiosa ave. El águila subió a su
nido y pensó con cólera: “Le quitaré sus cachorros”.
Al día siguiente el águila muy
molesta esperó a que la zorra se fuera a
traer su comida para sus hijos. Con cuidado bajó de su nido a la cueva y sacó a
los cachorros uno por uno hasta su nido. Cuando llegó la zorra era muy tarde y
no los encontró. La zorra se desesperó y sospechó del águila, estaba muy
molesta. Como era muy tarde y el lugar peligroso, esperó al día siguiente para
buscarlos.
Muy temprano, el águila salió a
buscar comida como siempre para sus aguiluchos. La zorra subió al nido para
encontrar a sus hijos, pero era demasiado tarde, el águila se había comido a
sus cachorros, y para desquitarse, la zorra quemó el nido del águila con todo
los aguiluchos dentro.
Pasó una semana, y por fin
pudieron verse, la zorra y el águila estaban enojadas y tristes por lo que
había pasado. Y se pusieron a discutir. Ambas se echaron la culpa de lo que
pasó. Y al final cada una se fue por su camino. Nunca más volvieron a ser
amigos.
Autor: Nilser Romero Medina. Nació en el año 2003. Le gusta nadar,
jugar fútbol. “A mí la lectura me ayudó a escribir un cuento y también me ayudó a leer mejor. Me parece bueno que los cuentos que hemos publicado les guste a las
personas".